Ultraoxigenada en las LXVII Millas de Mérida

*20.55h Esperando la salida en la Pza. de España. 100km por delante.

Llevo tiempo alejada del universo bloguero y bastante desconectada de todo en general, así que quiero empezar dando las gracias a todos los que habeis seguido pendientes de mí durante estos meses. Prometí a Sergio que si me convertía en centenaria escribiría aquí mis desventuras del camino.

Así que aquí estoy, cumpliendo con lo prometido. De paso, aprovecho para felicitarle por sus 100km en 14h45, un mes tras la paliza de la Trans y preparándose para el asalto de Agosto a Villaplomo.

Después de varios intentos, los dos primeros en los 100 km de corricolari (uno de 34k en 2008, y otro de 21k en 2009) y el tercero este año en la Transgrancanaria haciendo 34 km de noche y la mayoría del recorrido sola, este fin de semana me he desquitado. Hay que decir que las LXVII millas de Mérida no tienen nada que ver con la Trans y si bastante con los 100km de Madrid.

Salimos el viernes a las 14.30 camino de Mérida. La carrera salía a las 21h. Tuvimos suerte de no pillar atasco y llegamos sobre las 19h, con el tiempo justo para recoger dorsales, cambiarse, intercambiar puntos de vista con otros corredores y caminar a la salida. El ambiente, un tanto raro, en la plaza del ayuntamiento nos mezclábamos andarines, corredores, familiares y grupos de personas que en la mayoría de los casos nos ignoraban.

*Firmando el control de salida, como los grandes del Tour 🙂

Sellado de la tarjeta y cada uno a su lugar, Sergio, Jaime, Emilio y Antonio el portugués se van hacia delante y yo me quedo en la retaguardia, suenan las campanadas de las 9 de la noche y en la última se abre la veda. Allá que vamos.

El primer bucle son 28 km, en breve encuentro a Isabel de Alcalá de Henares que también va sola y decidimos que mientras nuestro ritmo sea similar intentaremos ir juntas. Poco a poco vamos pasando los controles a un buen ritmo y llegamos al polideportivo Diocles por primera vez a las 02:06 AM. Paramos apenas 12 minutos para no quedarnos frías y seguimos.

Aquí ya empezamos a encontrar gente que se va perdiendo al buscar el 2º recorrido, pero nosotras tenemos suerte y nos enganchamos a un grupo que sabe el camino y allí que nos acoplamos. Esta segunda etapa también alrededor de 28 km, se me hace un poco pesada. Ahora creo que el ritmo que intenté llevar para no perder a mis compis fue mayor de lo que debía y al final de esta parte me pasó factura ya que los riñones me dieron bastante la lata, pero bueno al final entramos de vuelta al Diocles a las 7:40 AM.

El resto del grupo – Isabel José Luis, José Manuel, Miguel, y la otra chica – (perdonar si no recuerdo los nombres) llegan mucho mejor que yo. Ellos están dispuestos a seguir, yo tengo mis dudas, pero espero a descansar un poco y recuperar antes de tomar una decisión. Me cambio y mis compis me buscan un huequito para que Luis, el fisio del grupo organizador me estire a ver si puedo seguir, (tengo que agradecerselo infinitamente ya que de no ser por el seguramente no hubiera llegado al final), y sin pensarlo mucho volvimos a salir

Se une al grupo Alfonso, -presidente del club organizador- con quien comento aciertos y deficiencias del evento. Van pasando los km y les pido que tiren ellos ya que mi ritmo es menor y mi idea es llegar aunque sea en el furgón de cola, así poco a poco los voy perdiendo de vista aunque nos encontraremos a lo largo de este ultimo bucle.

Avanzo aunque en ningún momento voy sola ya que durante todo el camino vas encontrando gente. En el km 62, la batería del Garmin dice basta y es lo que más me hunde, no tener una referencia de los km que vas avanzando (en ese momento tienes la sensación de que avanzas más rápido de lo que en realidad es ), y ahí es donde va entrándome la pájara. Empiezo a pensar en abandonar y me encuentro a Luis en un estado bastante similar al mío, parado en el camino. Hablamos un rato y decidimos que quizás tengamos alguna oportunidad si vamos los dos juntos y allí que nos vamos.

Poco a poco van pasando los km. Lentamente, pero avanzamos. Por fin cruzamos la entrada de Mérida. Aún nos quedarán casi 2 km urbanos que se hacen muy pesados, pero ya sabiéndonos finalistas. Y por fin, la apoteosis: Cuando se cumplen 21.30 horas de carrera hacemos la entrada triunfal en la plaza. Como a todos los corredores, la población local nos ignora olímpicamente, de la misma manera que en la salida de la noche anterior.

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Epílogo:

*Voluntarios en el control de Trujillanos (91k)

Lo primero es felicitar a la organización. Aunque hay cosas que deben mejorar de cara a próximas ediciones: El tema de la señalización y sobre todo el tema de los servicios sanitarios es imprescindible en meta y en algún que otro punto. Pero creo que los aciertos son muchos más: Cómo se vuelca la gente de la organización y allegados tanto en los controles como en el polideportivo y sobre todo los abundantes avituallamientos. Para alguien como yo que normalmente no llego a pillar nada, aquí salí con 800 ml de bebida y regresé a meta 21.30 horas después con las mismas vituallas que llevaba al salir.

En fin que recomiendo esta prueba para quien quiera disfrutar/agonizar de esta distancia sin ninguna presión salvo la que cada uno de nosotros nos queramos imponer. Ojala mantenga el espíritu que la hace especial y siga acogiendo a todos esos locos populares que queremos hacer pruebas largas y otras organizaciones, volcadas con la élite, nos lo ponen difícil.

Saludos a todos.

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